Hoy en día las
empresas se encuentran expuestas a una diversidad de riesgos. En México, a
diferencia de otros países, hay algunos riesgos que son más preponderantes,
como por ejemplo, el de terremoto, robo y accidentes. Es por ello que resulta
prioritario para las empresas mexicanas contar con esquemas que les permitan
reducir el impacto financiero cuando estos incidentes llegasen a ocurrir.
El riesgo de daño
a las instalaciones de la empresa está latente en zonas calificadas como de
alta sismicidad, como son los Estados de Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Chiapas,
Puebla y el Distrito Federal. Y para
empresas localizadas en las costas, el riesgo más latente es también el de los
huracanes o tormentas tropicales. Estos riesgos por eventos naturales son inevitables.
Pero lo que sí se puede mitigar, son las pérdidas económicas que llegaran a
producir, contratando un
seguro de daños.
Por otro lado,
uno de los activos más importantes de las empresas es su capital humano. Mientras
el personal que trabaja en la empresa se encuentre en buenas condiciones de
salud, será más productivo. Es por ello que contar con un seguro de gastos
médicos es importante para la empresa. De esta forma se reduce el riesgo de perder a un empleado
clave por un lapso de tiempo más prolongado en lo que se encuentra
incapacitado por algún accidente o enfermedad. Para ello, se puede contratar un
seguro de gastos médicos para cubrir a los empleados y así poder contar con éstos
de regreso a su labores lo más pronto posible.
Finalmente,
hablaremos del riesgo de la pérdida definitiva de uno de los empleados clave. La
empresa puede otorgar a sus empleados un seguro de vida para ayudar a los
familiares del empleado cuando suceda un eventual y desafortunado caso de pérdida
de la vida de un empleado. Hay varios tipos
de seguro de vida, y los agentes de seguros podrán orientarlos a elegir el
que mejor se ajuste a sus necesidades y su presupuesto. Algunos esquemas de
seguro de vida pueden contar también con beneficios para la empresa, de tal
forma que se cubran los gastos de selección y contratación del nuevo empleado
que sustituirá al que falleció.
En conclusión, es importante para las empresas
identificar cuáles son los riesgos más relevantes y contar con esquemas que los
cubran en caso de un eventual siniestro.
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